Fran Fine y la estética como resistencia.

El abrigo que no seduce...

Dibujo de una mujer con abrigo de leopardo y tres niños


Últimamente me doy festines con series de zombis. Pero antes de dormir, siempre busco algo amable. Así que volví a ver La Niñera, esa comedia noventera donde Fran Fine, una joven estridente y encantadora, se convierte en niñera de los hijos de un millonario productor de Broadway.

La serie es divertida, sin duda. Me carcajeo con sus ocurrencias, sus looks imposibles, su voz nasal. Pero esta vez, algo cambió. Ya no la veo con los mismos ojos. Me pregunté: ¿qué mensaje transmite a quienes la ven sin filtros, sin pensamiento crítico? ¿Qué modelo de deseo propone para las mujeres?

Fran Fine parece tener una misión: agradar, seducir, cazar al hombre rico. Su estética kitsch —que antes me parecía solo cómica— ahora me habla de algo más profundo: una búsqueda desesperada de validación. ¿Y si esa estética pudiera resignificarse?

Entonces hice lo que suelo hacer cuando algo me inquieta: escribí un relato. Imaginé a Fran en otro momento de su vida, ya mayor, ya cansada de agradar. Vive en Queens, lejos del brillo vacío del Upper East Side. Conserva su abrigo de leopardo, pero ya no lo usa para seducir: lo usa como escudo, como afirmación. Prepara un museo kitsch, un espacio donde lo estridente y lo popular se vuelven resistencia estética y emocional.

El abrigo que no seduce es ese relato. Una Fran que no busca aprobación, sino sentido. Una mujer que transforma el glamour en refugio, y el exceso en identidad.

Si quieres leer el relato completo te invito a que te pases por El abrigo que no seduce en mi blog literario "Píldoras para Soñar".

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