El Eco de lo Cotidiano.

Capuccino sobre la mesa.


Transitamos por el mundo sobre un andamiaje de cotidianeidades. Cosas aparentemente pequeñitas, pero que sin ellas sentiríamos que «algo nos falta», que nos sostienen cuando las cosas no están muy claras.

En mi caso es prepararme un capuchino. Tengo una máquina de segunda mano Breville que los hace muy buenos. El ritual de pesar los granos de café: 18 gramos para obtener un espresso doble, colocar el café molido en el porta-filtro, compactar correctamente para que la extracción sea buena. Luego espumar la leche hasta que quede una espuma suave y sedosa, verterla en la taza sobre el cremoso espresso. Añadir canela. ¡Mmmmhh! Es un verdadero placer y algo que me ayuda a iniciar las mañanas.

Ver mis plantas es otra cosa que me alegra, asegurarme de que no les falte nada implica acciones que se convierten en verdadera terapia: hidratarlas, abonarlas, podarlas... pueden salvar un día difícil.

Asomarme a una ventana para ver un par de pajaritos que hacen su vida, admirar el color de su plumaje y sus dulces movimientos. Algo hay en ello que sana, que llena de paz.

Otras personas quizás tengan otros. Si gustas, comparte algo que te haga sentir contento y te dé fuerza para afrontar la vida.

Ana.

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Comentarios

  1. Hola Ana, sin duda estamos rodeados de esas cosas cotidianas que nos ayudan a enfrentar la vida, tu mirada es profunda, reflexiva y a la vez sentida. Me encantaron tus palabras. Un abrazo y feliz semana

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  2. Hola Ana, sin duda estamos rodeados de esas cosas cotidianas que nos ayudan a enfrentar la vida, tu mirada es profunda, reflexiva y a la vez sentida. Me encantaron tus palabras. Un abrazo y feliz semana

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